A menudo hablamos de nuestros amigos, ¿pero a qué nos referimos con eso?
La gente suele llamar amigos a los conocidos, a los compañeros, a los colegas... pero amigos de verdad hay pocos, y de eso sólo te das cuenta en los malos momentos. A medida que creces te vas dando cuenta de que los amigos no son para siempre, pero eso no implica que no sean verdaderos amigos.
Para mí, un amigo es una persona que te acepta como eres, con tus defectos y tus virtudes, y que está contigo tanto en las buenas como en las malas. Un buen amigo no se siente obligado a animarte cuando estás triste: un buen amigo trata de animarte de buena gana y, si no lo consigue, sigue intentándolo. Si alguna vez un amigo tuyo ha tenido un bajón y a ti te ha dado pereza escuchar sus problemas, deberías replantear tu concepto de amistad y pensar si de verdad eres un buen amigo, porque desde luego a mí no me lo pareces.
Por mi parte, yo tengo bastante claro con quién puedo contar.
Hace dos años empecé a llevarme con Sofía porque a las dos nos gusta el rock, y desde entonces no me he separado de ella. Tenemos una manera muy parecida de pensar y actuar, y ella siempre ha estado ahí, tanto en la época más feliz de mi vida... como en la más deprimente. Aguantó sin rechistar cada una de las veces que me emocioné, tanto por alegría como por tristeza, y nunca acabaré de agradecerle hacer estado ahí para soportarme. Ella sabe perfectamente que puede contar conmigo para lo que sea, bueno o malo, y también sabe que en este caso esta no es una de esas frases vacías que tanto le gusta decir a la gente hoy en día, porque yo lo digo completamente en serio.
Porque yo, lector, yo tengo una amiga de verdad. Una mejor amiga de verdad, y sé que esto es poco habitual porque soy consciente del valor que tiene Sofía, al menos en mi vida, y dudo que pueda tener una amistad tan buena como esta más adelante.
Y tú, ¿cuántos amigos tienes?
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