sábado, 15 de octubre de 2011

¿Sombreros? No, gracias.

Si eres una de esas personas que va por ahí con sombrero, fuera de aquí. Olvida que existe este blog, cierra internet, y vete a hacerte fotos con la cámara cara que te ha comprado tu papi.

No es nada personal, pero me asquea la gente que lleva sombrero porque tengo la sensación de que se creen guays, diferentes, bohemios y su puta madre y no, joder, no.
¿Por qué llevas sombrero? Porque me gusta, dirá alguna. Pues no. Lo llevas porque te crees que destacas con tu sombrero y el conjunto de falda por la cintura que tapa lo justo y camiseta que todos estamos cansados de ver, y te equivocas. Hay más gente (chicas, en su mayoría) que ha tenido la misma brillante idea que tú porque supongo que tenéis el mismo cociente intelectual, así que espero que cuando te cruces con una chica que va vestida exactamente igual que tú te des cuenta de que no, no tienes nada de especial.
Todos somos iguales, y tú no eres ni más ni menos (bueno, para mí sí eres menos).


Así que sólo me queda desear que tu maldito sombrero se lo lleve un soplo de aire, se caiga en un charco de barro o que alguien los use de cenicero. Y si nada de esto ocurre, espero que quien pueda estar leyendo esto (y que no tenga un sombrero, cómo no), cuando te vea a ti con tu sombrero, no pueda evitar reírse al recordar mis palabras y al ver ese complemento que a ti no te pinta nada, por mucho que creas que te da un toque bohemio o de zorrilla interesante.

Espero que mi indignación te haya hecho algo de gracia, y si te ha ofendido... ¿Para qué lo lees? Te lo advertí al principio: si tienes un sombrero, no eres bienvenida zorra.

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